Si hay una nación con doble standard por excelencia ésa es Francia, que mientras por un lado hace gala de ser humanista por el otro realiza todo lo contrario, y ya se le empieza a descascarar la farsa, como el olor pestilente de una piel mugrosa.
El trato a los gitanos, búlgaros y rumanos, convierte a los mismos en mercancía oportunista... Ver más...