Rápido para decir y lento para decidir. Tal sería el resumen hasta el momento de los hechos que se suceden en el Vaticano, dado que, a igual que un presidente, un nuevo Papa que viene a sacar de la crisis a la iglesia ya hace meses debería haber reemplazado al Secretario de Estado de la Santa Sede.
Tal puesto, similar a un primer ministro, es el brazo ejecutor de la política del Vaticano, y una iglesia chacoteada por corrupción, tanto económica como carnal, para no terminar vaciada de contenido y sin sentido existencial, tiene que mudar las condiciones lo más rápido posible, y era de manual básico y elemental cambiar al Nº 2 de la Santa Sede... Ver más...