Peligroso como mono con navaja es el que un gobierno intente manosear internet, peor si además el mismo es de neto corte populista, y sin que nadie se de cuenta exactamente lo que viene ello está ocurriendo en Argentina.
Tras una suerte de per saltum la inscripción de dominio .ar pasó de Cancillería, que era originalmente el sitio de inscripción gratuita, a las garras de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación Argentina manejada por el monje negro Carlos Alberto Zannini. Lo que equivale, en la práctica, a la instauración de la censura encubierta... Ver más...