Mientras las mujeres avanzan, reivindican, atropellan, y se abren paso a los codazos, muchas veces intentando ocupar un lugar similar al hombre de 1900, precisamente muchos del sexo fuerte no lo son tanto. Hace tiempo que existe una corriente de uso y costumbre en la clase acomodada donde la apariencia importa y demasiado, tanto que se casan y tienen hijos, pero por detrás -justamente- tienen la vida rosa que les satisface "sus anhelos"... Ver más...